Georges42 Admin
Cantidad de envíos : 947 Edad : 82 Localisation : Guatemala Fecha de inscripción : 16/01/2007
| Tema: Divorcio. Sáb Abr 21, 2007 10:36 am | |
| Estimada amiga,
Su carta y su pregunta me llegaron al corazón. Se enamora Usted de un hombre divorciado, lleno de talentos y hasta de fe. Parece que él corresponde a sus sentimientos. Pero, por la situación de divorciado, Usted teme verse alejada del Señor y de su Iglesia.
De hecho, la Iglesia considera a los divorciados en su visión pastoral. Pero las limitaciones son fuertes y frustran: oficialmente, no se casan y no comulgan las personas que se unen, siendo uno de los dos ya casado anteriormente.
Se vive en estas parejas una humillación muy fuerte; muchas veces, la persona "divorciada" no lleva toda la culpa de la anterior separación. Algunos sacerdotes, adelantándose a las decisiones posibles de la autoridad eclesiástica, autorizan la comunión a la pareja nueva. Otros son al contrario sumamente opuestos. Hay moralistas que si apoyan la posible recepción de la comunión a condición que la pareja viva como "hermanos", lo que es imposible muchas veces en la práctica.
Creo que no hay que descartar una posible nulidad en el matrimonio anterior. En efecto, puede haber existido un vicio de consentimiento: por ejemplo, se casaron los divorciados por temor a alguna presión, o faltó la madurez suficiente para la unión. Sin olvidar los clásicos impedimentos que su párroco le puede detallar.
Tampoco hay que dejar de orientar las parejas en su vida espiritual. Y vivir en la fe lo que esté al alcance.
Pero me arriesgo a decir que en definitiva decidir unirse con un "divorciado" es decisión de ambos. La situación es muy conflictiva, por cierto. El "divorciado" puede tener problemas interiores muy fuertes que lo conduzca de repente a otro fracaso. Y la base de la unión puede tener una fuerte connotación pasional que los ciegue a ambos.
Pero de repente tomarán los riesgos con todo lo que eso implique. Es de pensarlo bien. Me llama la atención la misericordia del Señor en esos casos. El no deja de amarlos. Píenselo bien. Tome su decisión. Luche para estar lo más cerca posible del Señor. Tenga algún consejero espiritual cerca.
No me pertenece autorizar o no esa clase de unión. Pero comprendo la situación y siempre trato de ayudar en su crecimiento las personas viviendo esa clase de dilema.
Me permito también manifestarle mi sentir de impotencia en tales situaciones. No dejo de orar para los hogares en dificultad.
Mi cordial saludo
Padre Jorge Toussaint | |
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