Sobre Corpus Christi. Padre Roberto Mena ST
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Con esta hermosa solemnidad la Iglesia pide que nos enfoquemos en manera
especial en el don de la Sagrada Eucaristía, don que celebramos en cada misa, el
mero centro de nuestra liturgia. Por lástima una inclinación muy humana es de
presumir, de dar por supuesto, lo que ocurre con frecuencia en la vida aunque
sea una bndición escepcionalísima de Dios como ésta que nos reune cada domingo,
Dia del Señor.
La primera lectura, del segundo libro de la Biblia, nos recuerda el regreso de
Moisés del Monte Sinaí con los mandamientos recibidos de Dios para compartirlos
con el Pueblo Escogido de la Antigua Alianza. Lo hace en manera oficial o
formal en el contexto de un sacrificio, con a inmolación de novillos. Así
indicaban su confianza en Dios como autor de toda la creación y su sumisión y
aceptación de la voluntad divina.
Es impresionante escuchar la respuesta del pueblo cuando Moisés "tomó el libro
de la alianza y lo leyó": "Obedeceremos....haremos todo lo que manda el Señor".
Así ha sido la reacción de toda persona de fe sincera por los siglos.....pero,
por la flaqueza humana, la flojera, el olvido, la presunción -- por tantas
"razones" y excusas se puede perder de vista la maravilla del amor providencial
de Dios en la vida.
La carta a los Hebeos nos habla hoy en forma conmovedora de la eficacia del
sacri-ficio del Calvario, la entrega total de Jesucristopor amor
"humano-divino", por amor sacrificado y servicial. Nos recuerda que "Cristo es
el mediador de una alianza nueva". Las varias alianzas de Dios para con su
pueblo escogido por los siglos, rotas por su rebeldía, sí indicaban el favor
divino.....pero ahora ese favor se expresa en manera que no podían imaginar los
patriarcas y profetas. Es decir que en la Sagrada Eucaristía tenemos, en las
palabvras de Jesús, "una alianza nueva" que se puede llamar "la definitiva".
Este sacramento que identificamos como "El Santísimo" tiene tantos nombres que
buscan nhablar en lenguaje a la vfez teológica y poética como "Pan de Vida",
"Pan de Ángeles", "Santa Comunión", "Viático", etc. -- esste sacsramento es
fundamental en la vida de un cristiano, una de iniciación para incorporarnos en
Cristo, para comenzar el ser discípulo fiel y amigo íntimo de Jesús.
Por eso el Señor Jesús encomendó a nosotros este rito sagrado, esta comida
común/compartida, para estar presente entre nosotros -- ¡los suyos! -- para qe
recordemos su entrega por nosotros y la unión con Él y con el Padre por el
Espíritu Santo de luz y vida que procede de ellos y que fortalece y profundiza
la comunión que es la Iglesia/Ekklesia/comunidad de creyentes!
Honramos, entonces, en esta celebración de "Corpus Christi" el sacramento que es
como formativo del Cueroi que =la Iglesia. Cristo actúa para renovar y apoyar y
alimentar a los hermanos y hermanas, amigos y amigas suyos para que nunca
perdamos de vista su presencia dinámica entre nosotros y dentro de la comunidad
reunida para alabar a Dios y dar gracias (eucarustein) .
Hacemos lo que Jesús nos manda en el evangelio de hoy, lo que ocurrió durante la
Última Cena: "Toman...beban...recuerden"....para así garantizar y aprovecharnos
de su pwresencia hassta el fin del mundo porque tanto quería y quiere
acompañarnos por la vida nuestra de peregrinos.
Es muy interesante considerar las palabras "acompañar" y "compañero". Así se
reconoce que las personas caminando con nosotros por esta aventura que es la
vida comparten por necesidad la comida ("el pan") con nosotros, algo tan básico
para mantener la vida. Las palabtras vienen, al fondo, de la lengua latina, de
"cum" + "pane" que significan "con" + "pan". ¡Resulta en la mawravilla del plan
providerncial de Dios que Jesús -- a la vez Salvador, Hermano, Amigo -- no solo
quiso compartir pan y vida y amor con nosotwros sino que Él mismo es "Pan de
Vida" para nosotros, un compañero para con toda la vida!
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