Preguntas, bonita alma de bien: ¿Qué se puede y que no se puede hacer de novios?
Tú, ¿Qué quieres hacer?
¿Quieres entregarte a un hombre que te pretende?
¿Quieres darte a un hombre que no es nada tuyo?
¿Quieres entregarte?
Por tu segunda pregunta, bonita alma de Dios, que dice: ¿Cómo contener la pasión?
¿Es que la provocas con caricias?
¿Es que tu noviazgo se basa en conocer el cuerpo?
¿Cuántos novios has tenido?
¿A todos les entregas lo mismo?
¿Y si tuvieras otro novio después de este, también desearías dárselo todo?
Querida Amiga, contéstate estas preguntas y sabrás lo que te es lícito siendo soltera.
Deseas saber, y muchos te dirán muchas cosas, pero tú sabes donde está el bien y donde está el mal. Sabes que eres soltera y que debes imitar en todo a la Virgen María. Si has pecado, ve a confesarte y empieza de nuevo, porque eres otra “María”.
No todo es la pasión, y lo sabes, querida alma buena; porque una vez desaparecido el momento. ¿Qué queda? ¿Como te trata tu novio? ¿Estás contenta? ¿Eres feliz?
Te conviene preguntarte a ti misma, más que a los demás; porque tú sabes la verdad de tu vida. Tú sabes lo que quieres y lo que no quieres. Tú sabes lo que debes querer y lo que dura toda la vida.
“¿Qué haría Santa María?” Esta es la pregunta. Como la respuesta es: Lo que a Dios le agrade. ¿Le agrada a Dios lo que haces con tu novio? Imagínate a Jesús, en presencia de cuerpo y alma, siempre, cuando estás con tu novio: ¡siempre! ¿Te da vergüenza de que Dios esté delante de ti, de los dos? Si algo te avergüenza, es que no está bien.
Tú sabes la verdad. Y la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, te dice: Cumple los mandamientos de la Ley de Dios.
Sexto mandamiento: No harás acciones impuras.
Noveno mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Si no estás casada, y no lo estás; porque los novios son dos personas que se tratan para conocerse y decidir, más adelante, si van a casarse, pero mientras son novios, no son marido y mujer y por lo cual: No puedes consentir tener para con tu novio, pensamientos ni deseos impuros. Pues si no lo puedes consentir, para no pecar gravemente; es decir, para no cometer pecado mortal que este pecado si no se arrepiente uno y va a confesarse, por él va eternamente al Infierno. Eso dice Dios y eso dice la Iglesia, entonces; no puedes ponerte en situación de pecado mortal, con tu novio, y si sientes pasión, con solo verlo, porque lo amas y lo deseas y esto es licito y bueno, mas, aún así no puedes deleitarte en este deseo y sentimiento, porque te lleva a pecar, pues todo lo que haces con él físicamente y te lleva a sentir deseos y no poder dominarlos, es pecado, y pecado grave. Tú sabrás lo que sientes. Tú, bendita alma, sabrás lo que pecas y cuando pecas; y deberás apartar de ti los actos que imprudentemente te llevan a pecar contra lo más sagrado: Dios y Su Amor.
Cuando estés casada, entonces y solo entonces, además de licito y bueno sentir la pasión, deberás y podrás deleitarte en ella, para el bien del Amor esponsal, para el bien de la entrega y ser los dos una sola carne. Pero esto, amada mía, sólo es para el matrimonio.
Quiero pedirte, por favor, que tú sola, medites mis palabras y veas en ellas, el amor verdadero, que es respetarte a ti misma para ser libre de decidir si tu novio te conviene por esposo. ¿Es trabajador? ¿Te respeta? ¿Habla contigo o solo te desea? ¿Te cuenta sus cosas, sus proyectos? ¿Estás en sus proyectos? ¿Habla bien de los demás? ¿Se queja? ¿Te mira a los ojos con bondad? ¿Eres mejor persona estando de novia suya? ...
Mientras eres soltera y eres bautizada, oh alma buena, perteneces a Dios, a Jesús. ¿Lo sabías?
Dios es maravilloso.
Padre Roberto Mena.
Índice 