09/ 2/08
Cuaresma
1ª Lectura
Is 58,9-14
9 Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo
llames, dirá: "Aquí estoy."
Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el
gesto amenazante y las palabras perversas; 10 si das al
hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre
oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad se
volverá como la claridad del mediodía.
11 Yavé te confortará en cada momento, en los lugares
desérticos te saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás
como huerto regado, cual manantial de agua inagotable.
12 Volverás a edificar sobre las ruinas antiguas y
reconstruirás sobre los cimientos del pasado; y todos te
llamarán: El que repara sus muros, el que arregla las casas
en ruinas.
13 Si te preocupas de no caminar en día sábado ni de
tratar tus negocios en el día santo; si tú llamas al sábado
"Delicioso", y "Venerable" al día consagrado a Yavé; si tú
lo veneras, evitando los viajes, no haciendo tus negocios
ni arreglando, ese día, tus asuntos, 14 entonces, te
sentirás feliz con Yavé. Yo te llevaré por las cumbres de
la tierra, y te mantendré con la propiedad de tu padre
Jacob; la boca de Yavé te lo asegura.
Salmo Responsorial
Sal 86,1-2
1 Escúchame, Señor, y respóndeme, pues soy pobre y
desamparado; 2 si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu
servidor que en ti confía.
Sal 86,3-4
3 Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor, que a ti clamo
todo el día.
4 Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi
alma.
Sal 86,5-6
5 Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con
los que te invocan.
6 Señor, escucha mi plegaria, pon atención a la voz de mis
súplicas.
Evangelio
Lc 5,27-32
27 Al salir, Jesús vio a un cobrador de impuestos,
llamado Leví, que estaba sentado en el puesto donde
cobraba. Jesús le dijo: "Sígueme." 28 Leví se levantó, lo
dejó todo y empezó a seguirlo.
29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y con
ellos se sentaron a la mesa un buen número de cobradores
de impuestos y gente de toda clase. 30 Al ver esto, los
fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos
expresaban su descontento en medio de los discípulos de
Jesús: "¿Cómo es que ustedes comen y beben con los
cobradores de impuestos y con personas malas?" 31
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son las
personas sanas las que necesitan médico, sino las
enfermas. 32 No he venido para llamar a los buenos,
sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan."
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