01/ 2/08
Tiempo Ordinario: (1ª Parte)
1ª Lectura
2Sam 11,1-4
1 A vuelta de año, en la época en que los reyes hacen sus
campañas, David mandó a Joab con su guardia y todo
Israel. Derrotaron completamente a los amonitas y
sitiaron Rabbá, mientras David se quedaba en Jerusalén.
2 Una tarde en que David se había levantado de su siesta
y daba un paseo por la terraza, divisó desde lo alto de la
terraza a una mujer que se estaba bañando; la mujer era
muy hermosa. 3 David preguntó por la mujer y le
respondieron: "Es Betsabé, hija de Eliam, la esposa de
Urías el hitita". 4 David mandó a algunos hombres para
que se la trajeran. Cuando llegó a la casa de David, éste se
acostó con ella justamente después que se había
purificado de su regla, luego se volvió a su casa.
2Sam 11,5-10
5 Al ver que tenía atraso, la mujer le mandó decir a David:
"Estoy embarazada".
6 Entonces David envió este mensaje a Joab: "Mándame
a Urías el hitita". Y Joab mandó a Urías donde David. 7
Cuando llegó Urías, David le pidió noticias del ejército y
de la guerra, 8 después dijo a Urías: "Anda a tu casa, te
has ganado el derecho de lavarte los pies". Apenas salió
Urías de la casa del rey, éste despachó detrás de él un
presente de su mesa. 9 Pero Urías no entró en su casa,
sino que se acostó a la puerta del palacio con todos los
guardias de su señor.
10 Le dijeron a David: "Urías no ha ido a su casa".
David preguntó a Urías: "¿No vienes de un viaje? ¿Por
qué no has bajado a tu casa?"
2Sam 11,13-17
13 David lo invitó a su mesa a comer y a tomar y lo
emborrachó. Sin embargo, Urías tampoco bajó a su casa
esa noche; se acostó con los sirvientes de su señor.
14 A la mañana siguiente, David escribió una carta a
Joab y se la pasó a Urías para que se la llevara. 15 En la
carta escribió esto: "Coloca a Urías en lo más duro de la
batalla, luego déjenlo solo para que lo ataquen y muera".
16 Joab, que estaba sitiando la ciudad, colocó a Urías en
el lugar donde estaban los mejores defensores. 17 La
gente de la ciudad efectuó una salida y atacaron a Joab;
hubo varios muertos entre los oficiales de David y uno de
ellos fue Urías el hitita.
Salmo Responsorial
Sal 51,3-4
3 Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
por tu gran corazón, borra mi falta.
4 Que mi alma quede limpia de malicia,
purifícame de mi pecado.
Sal 51,5-6
5 Pues mi falta yo bien la conozco
y mi pecado está siempre ante mí;
6 contra ti, contra ti sólo pequé,
lo que es malo a tus ojos yo lo hice.
Por eso en tu sentencia tú eres justo,
no hay reproche en el juicio de tus labios.
Sal 51,6-7
6 contra ti, contra ti sólo pequé,
lo que es malo a tus ojos yo lo hice.
Por eso en tu sentencia tú eres justo,
no hay reproche en el juicio de tus labios.
7 Tú ves que malo soy de nacimiento,
pecador desde el seno de mi madre.
Sal 51,10-11
10 Haz que sienta otra vez júbilo y gozo
y que bailen los huesos que moliste.
11 Aparta tu semblante de mis faltas,
borra en mí todo rastro de malicia.
Evangelio
Mc 4,26-34
26 Jesús dijo además: "Escuchen esta comparación del
Reino de Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra,
27 y ya duerma o esté despierto, sea de noche o de día, la
semilla brota y crece, sin que él sepa cómo. 28 La tierra
da fruto por sí misma: primero la hierba, luego la espiga,
y por último la espiga se llena de granos. 29 Y cuando el
grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el
tiempo de la cosecha."
EL GRANO DE MOSTAZA
30 Jesús les dijo también: "¿A qué se parece el Reino
de Dios? ¿Con qué comparación lo podríamos expresar?
31 Es semejante a una semilla de mostaza; al sembrarla, es
la más pequeña de todas las semillas que se echan en la
tierra, 32 pero una vez sembrada, crece y se hace más
grande que todas las plantas del huerto y sus ramas se
hacen tan grandes que los pájaros del cielo buscan refugio
bajo su sombra."
33 Jesús usaba muchas parábolas como éstas para
anunciar la Palabra, adaptándose a la capacidad de la
gente. 34 No les decía nada sin usar parábolas, pero a sus
discípulos se lo explicaba todo en privado.