EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS:
“Vete y no peques más”.
Cuando Jesucristo perdonó a la adultera borró a esta mujer uno de los pecados capitales que la condenaba no sólo ante un pueblo pecador, sino peor aún ante Dios; pero Jesús conocía el arrepentimiento de aquella mujer que estando ante las puertas de la muerte supo reconocerse pecadora y arrepentida dentro de su corazón se hizo acreedora al perdón de Dios.
Si nos damos cuenta está mujer jamás pidió perdón a viva voz, pero Dios que vio dentro de su corazón su arrepentimiento y la perdonó, pero vino otro mandato “no peques más”.
Por que el hecho de ser perdonados no quiere de decir que podemos empezar de nuevo a pecar, quiere decir que en adelante debemos luchar por no pecar, debemos poner todo nuestro empeño y nuestras fuerzas para no continuar pencando, con la ayuda de Dios eso será posible.
Rechacemos el pecado con decisión, amparados en el cobijo del amor de Dios que nos perdona, y no olvidemos que también nos pide que “no pequemos más”.