SUBIÓ AL CIELO Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE Y DESDE ALLÍ VENDRÁ A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS Y SU REINO NO TENDRÁ FIN.
Jesucristo subió al cielo envuelto en gloria y majestad, era la ofrenda propicia y perfecta para Dios nuestro padre así nosotros alcanzamos el perdón y el regalo “si queremos” de estar con Él en el cielo.
Nuestras oraciones y todo lo que es agradable sube al cielo como ofrenda a Dios, esas ofrendas nos acercan cada vez más a Dios.
¿Qué le entregaremos a Dios cuando venga a juzgarnos según nuestras obras?
Seguro nos dará lo que sea justo, y en la medida que hayamos trabajado así nos será dada la recompensa, por que Dios no se queda con nada, pues nada necesita, el hombre bueno y fiel pasará al banquete, el infiel será reconocido por que no lleva el traje de fiesta, y será echado a la calle oscura y tras él se serrarán las puertas que dividen la luz de las tinieblas.
Sumemos para ser parte del Reino de Nuestro Señor Jesucristo, por que allí la alegría, que no se asemeja a la que ofrece el mundo tiene la diferencia que jamás terminará.