MariCruz Admin
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| Tema: Descubrir el Tesoro Sáb Jul 14, 2007 4:38 am | |
| DESCUBRIR EL TESORO Fr.Eusebio Gómez Navarro. O.C.D
Una joven deseaba entrar en una comunidad religiosa y, para probar su vocación, la superiora le pintaba con negros colores el rigor del claustro.
–– “Madre –le dijo la joven–, si es cierto todo eso, no tengo sino que haceros una pregunta: ¿hay aquí algún crucifijo?”.
–– “Sí, el crucifijo lo encontrarás en todas partes” –obtuvo por respuesta.
–– “Pues bien, espero que nada me será difícil teniendo a mi lado el crucifijo”.
Para coger la cruz y seguir al Crucificado, es necesario descubrir el tesoro. El Evangelio nos habla de lo más importante, de “lo esencial”, “lo único necesario”, “la perla preciosa”, “el tesoro”. Para encontrarnos con el tesoro es preciso permitir que la luz de Dios entre en nuestra vida para poder mirar a la estrella que nos conducirá hacia nuestro lugar (Mt 2,9-10).
Porque estamos como ovejas sin pastor, como discípulos sin maestro, como atletas sin entrenador. Dejamos todo nuestro camino a la inspiración del momento. Son tantos los reclamos que no vivimos sistemáticamente, sino respondiendo como francotiradores, al desafío del momento.
Jesús nos orienta hacia “lo único necesario”, hacia el mandamiento mayor o principal, hacia el alimento imperecedero, auténtico, sellado por Dios Padre. Ahí está el núcleo, el corazón, el elemento que todo lo unifica y aglutina.
Recordemos algunos de sus pensamientos: “Busquen el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6,33). “Marta, Marta… una sola cosa es necesaria” (Lc 10,41-42).
«El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos» (Mc 12, 29-31).
“Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna...” (Jn 6, 27)
La perla y el tesoro se descubren en el contacto con Dios. Se ha hecho famosa la frase de Karl Rahner respecto al cristiano del siglo XXI: o será un místico o no será nada. “El hombre espiritual del futuro o será un «místico», es decir una persona que ha “experimentado” algo, o no lo será más. Porque la espiritualidad del futuro no será transmitida ya más a través de una convicción unánime, evidente y pública, o a través de un ambiente religioso generalizado, si esto no presupone una experiencia y un compromiso personal”.
Estamos en un tiempo en que añoramos con una especial intensidad los tesoros del pasado, pero muchos no nos sirven para nada. Sería importante avivar y despertar todas nuestras potencias para limpiar nuestros ojos y corazón para poder descubrir a Dios como el único tesoro. Decía san Francisco que “si tu corazón fuera puro, entonces todo lo que hay en la naturaleza sería para ti un gran libro de sabiduría santa, de sagrada doctrina”.
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