Científicos israelíes descubren la tumba de Herodes el Grande
JERUSALEM, 9 de mayo de 2007. El sarcófago, profanado y destruido en varios pedazos, se ha encontrado en el templo de Herodium.
Científicos israelíes anunciaron ayer que han descubierto la tumba de Herodes el Grande, nombrado por Roma el «rey de los judíos», quien reinó sobre la antigua Judea en la época del nacimiento de Jesucristo, según la Biblia. «Un gran misterio fue resuelto», comunicó la Universidad Hebrea de Jerusalén, que dirigió las excavaciones cerca del desierto de Judea, y describió el hallazgo como «uno de los más destacados en Israel en los últimos años».
“Descubrimos la tumba de Herodes en Herodium”, dijo el profesor Ehud Netzer, tras excavar en busca de la tumba durante los últimos 35 años, en una rueda de prensa en Jerusalén, en la que mostró una imagen aérea de la fortaleza en el desierto sobre la que una flecha indicaba la localización exacta de la tumba.
Herodium, bautizado en honor al monarca, es uno de los principales palacios que Herodes construyó durante su reinado de casi cuatro décadas sobre Judea, al servicio de los romanos en el primer siglo antes de Cristo.
Ubicada unos 15 kilómetros al sur de Jerusalén, se trata de una construcción con un muro doble, rellenada con tierra, con lo que se creó una colina artificial. Historiadores y arqueólogos llevan buscando la tumba desde 1972, pero en un principio excavaron en la zona equivocada del recinto.
Reconstrucción del cortejo fúnebre
Netzer dijo que consiguió dar con el lugar exacto al reconstruir el cortejo fúnebre tal como se describe en fuentes históricas locales.
Tumba deerodes el Grande
Tumba deerodes el Grande
El equipo comenzó a excavar el verano pasado y rápidamente halló la base de un mausoleo destruido. Finalmente, hace unas tres semanas, encontró los restos de un sarcófago, que se cree fue el ataúd de piedra de Herodes, que fue profanado.
Netzer dijo que el sarcófago de Herodes es muy singular, y que sólo se encontró uno similar en la Tumba de los Reyes en Jerusalén Oriental.
Los escritos del historiador judeo-romano Flavius Josephus, combinados con la tumba "única", y una gran escalera de seis metros que llevaba a ella, así como otras evidencias, como un gran podio, hicieron creer a Netzer que finalmente había encontrado el lugar que buscaba.
Si bien Josephus describió la procesión del funeral en sus Guerras judías, no entró en detalles sobre la tumba, y sólo escribió: "El cuerpo fue de esta manera transportado por una distancia de 200 estadios a Herodium, donde, de acuerdo con las órdenes de los muertos, fue enterrado. Así finalizó el reinado de Herodes".
A pesar de que la evidencia fue «circunstancial», la localización y naturaleza única del sarcófago «no dejan dudas» respecto de que se trata de la tumba del rey, dijo Netzer, en la presentación de algunos de los restos en la conferencia de prensa.
El monarca celoso y «paranoico»
Herodes el Grande, que reinó sobre Judea entre los años 37 y 4 antes de Cristo, es quizá más conocido por la crueldad descrita en el Nuevo Testamento, pero también por las monumentales construcciones que hizo en la región.
Según el Evangelio de San Mateo, ordenó la ejecución de todos los niños varones en la población de Belén, de manera de evitar perder su trono ante el recién nacido «rey de los judíos», el bebé Jesús.
El monarca celoso y «paranoico», que se casó diez veces, también ejecutó a su segunda esposa Mariamne después de que diera a luz a cinco de sus hijos, así como a tres de sus hijos, acusados de conspiración.
Uno de sus ellos, Herodes Antipas, que heredó la mitad del reino tras la muerte de su padre, gobernaba en la época de la muerte de Jesús y que mandó a ejecutar a San Juan Bautista.
Los historiadores creen que, especialmente en los últimos años de su vida, Herodes padecía una enfermedad crónica, dolores insoportables y delirios persecutorios. Se cuenta que, como era consciente de lo poco querido que era por el pueblo, ordenó para el día de su muerte la ejecución de 70 dignatarios judíos para evitar las expresiones de júbilo. Sin embargo, su hermana Salomé y su esposo Alexas no hicieron cumplir esta orden.
El profesor Netzer presenta el hallazgo
El profesor Netzer presenta el hallazgo
Herodes el Grande también es conocido por su trabajo en el Segundo Templo de Jerusalén, la ciudadela de Massada y la antigua población y el antiguo pueblo romano de Cesárea en lo que ahora es Israel central.
Gran parte de su vida se conoce por el historiador Flavius Josephus, quien describió en detalle su funeral en Herodium y todo su esplendor en su libro Guerras judías.
«El descubrimiento es significativo en primer lugar porque es una figura muy conocida pero también por su proximidad a la época del nacimiento de Jesús», dijo Netzer. Al parecer, el ataúd fue destruido deliberadamente en cientos de fragmentos. «Probablemente fue destruido por rebeldes judíos durante las revueltas contra los romanos», añadió.
Judea, que abarcaba lo que ahora es el sur de Cisjordania y parte del sur de Israel, era un reino judío independiente hasta que fue conquistado por el imperio romano en el primer siglo antes de Cristo, tras lo cual se puso al servicio de Roma y luego se convirtió en provincia romana.
Como miembro de la tribu idumea, cuya familia adoptó la cultura helena y considerado un «soberano títere» de los romanos, Herodes nunca fue visto como un auténtico judío y amplió el Segundo Templo para apaciguar a su gente, señalan los historiadores.
Herodium está ubicado en el centro de Judea, en Cisjordania, justo al sur de Belén y al este del Mar Muerto.
Netzer ha excavado lugares asociados con Herodes, incluyendo Massada y el Palacio de Invierno en Jericó, por unos 40 años, y comenzó a hacerlo en Herodium en 1972.
Primeras búsquedas, infructuosas
Durante muchos años, Netzer y su equipo de arqueólogos israelíes, ayudados por beduinos locales, se centraron en excavar otra zona de Herodium, en la que sin duda fue la primera opción para enterrar a Herodes.
Pero, dijo Netzer, debió haber cambiado de opinión al final de su vida y en vez de eso eligió una ubicación en la parte noreste de la fortaleza.
Otra explicación de por qué se demoró tanto en hallar la tumba es que las excavaciones tuvieron que paralizarse durante largos periodos durante la primera y la segunda Intifada de los palestinos. Fueron retomadas a finales de 2005.
Además de los fragmentos del sarcófago, hecho de piedra caliza, los arqueólogos también hallaron un grupo de urnas decoradas en las ruinas del mausoleo. De momento, no hallaron ninguna inscripción ni en la plataforma del mausoleo ni en los restos del ataúd, pero las excavaciones continuarán.