MariCruz Admin
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| Tema: Dar sentido a la vida Jue Jul 12, 2007 1:29 am | |
| DAR SENTIDO A LA VIDA Fr.Eusebio Gómez Navarro O.C.D
Una de tantas historias escalofriantes es la de Jacques Volney. Él era alguien a quien casi todo le había ido bien en la vida: tenía dinero, cultura, familia, futuro… Y, sin embargo, a Jacques no le gustaba vivir. Vivía encerrado en su casa, tenía miedo a salir de ella, porque la gente se reía porque era jorobado.
Cuando Jacques caminaba por la calle los niños le gritaban: “¡Cheposo, cheposito!”. Los mayores, entre cariñosos y crueles, le decían: “Déjanos tocarte, nos darás suerte”. Y Jacques lloraba. Hasta que un día se cansó de su soledad. Compró en una farmacia un tubo de tranquilizantes. Quería dormir para siempre.
Pero antes de realizar su decisión, quiso que su desgracia no fuera del todo inútil. Se acercó a un hospital y donó sus ojos. Y antes de tomarse el tubo entero de tranquilizantes telefoneó al hospital para que supieran que podían disponer ya de sus córneas.
Esta persona tenía muchas necesidades, pero quiso que su vida no fuese inútil. El ser humano no puede vivir en el aire, necesita estar seguro. Entre las necesidades las más frecuentes son: necesidad de seguridad, sed de dominio, autorealizarse, superación personal y dar sentido a su vida.
Necesidad de seguridad. Es una necesidad fundamental para que la persona pueda disfrutar de la libertad e independencia que necesita.
La inseguridad puede provenir por factores internos: educación, cariño... o por causas externas como peligro de guerra, falta de trabajo, inseguridad ciudadana. El sentimiento de inseguridad puede originar timidez, complejo de inferioridad y ansia de poder.
El saber que tenemos realmente un Padre que cuida de nosotros y que nos ama más que “a los pájaros del cielo o a los lirios del campo” (Mt 6,25-34), es el mejor remedio contra toda aprensión o inseguridad.
La sed de dominio. Es la tendencia a controlar el ambiente ajeno, someter a los demás al propio control, tomar decisiones en su lugar. Cuando el poder está legitimado lo llamamos autoridad.
El poder está presente en todos los campos de la vida: familia, trabajo, economía.... Algunos mantienen el poder a costa de sacrificar a los otros, cayendo muchas veces en un autoritarismo dictatorial y otros, lo toman como servicio Jesús vino a servir y enseñó que el que se haga pequeño como un niño será el más grande en el reino de los cielos, donde el más importante es el que actúe como el servidor de todos (Lc 10,42-44).
- La exigencia de autorrealización. Es el deseo profundo de llegar a ser todo lo que uno es capaz. Lo importante es poner este deseo de plenitud en valores no caducos como el dinero, prestigio, fama...
Cada persona necesita experimentar en su vida el éxito, la felicidad, la realización personal. No podemos vivir sin esta energía que impulsa a orientar nuestras vidas. A través del trabajo y actividades se busca el éxito y el sentirse bien. Cuando falta el amor a la vida y no se orientan los fracasos, aparecen las distintas compensaciones: la actividad excesiva, relaciones extras, instalación, enfermedades....
Jesús invita a desarrollar los talentos recibidos, a llegar a la plenitud siguiendo el camino del Padre.“Sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto” (Mt 5,48). - La exigencia de superación personal. Igual que el ser humano quiere autorealizarse, de igual modo desea superarse. Hoy día más que nunca se exige esa especialización y superación en todos los campos.
Pablo invita a aspirar a “todo lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de limpio, de amable, de laudable, de virtuoso y de encomiable” (Flp 4,. Dios es amigo de ánimas animosas” ( V 13,2). Y el ánimo se hace se necesita aún más en las dificultades.
- La necesidad de dar sentido a la vida A nivel psicológico, la raíz de muchas neurosis y desequilibrios graves, incluido el suicidio. se halla en el “vacío existencial”. No se encuentra sentido a la vida y se tira de ella como si fuera un gran peso.
“Cuando tenemos una razón para vivir, es más fácil encontrar cómo vivir” (Nietzsche). La vida empieza a tener sentido cuando ayudas a otro, cuando se contempla el cielo y el mar, cuando no se vive en la queja y amargura, y no se culpa a nadie. Cuando se vive el momento presente, sin recuerdos del pasado desastroso y del futuro incierto. Cundo no se vive atado a las alabanzas, a los miedos y a los imposibles. Cuando se busca siempre el lado positivo y la enseñanza valiosa detrás de cada evento difícil.
Mas la si la muerte no tiene sentido, si no significa nada, tampoco la vida tiene sentido. Y cuando se cree que un día no habrá nada, sólo negrura, la vida se convierte en “náusea” y “hastío”. | |
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