CONOCIENDO NUESTRA LITURGIA
En realidad la palabra liturgia la hemos heredado del idioma griego y significa todo servicio u obra pública a favor del pueblo, de la comunidad, del estado o de la religión. Con el paso del tiempo, se llamó liturgia sólo al servicio u obra a favor de los dioses. La Iglesia inicialmente no usó el termino liturgia para referirse al culto a Jesucristo. Entonces se les llamó oficio, ritos sagrados, acción; prácticamente desde inicios de este siglo es que usamos la palabra liturgia con el sentido actual. Con este nombre se designa aquellas celebraciones que la Iglesia considera como suya y están contenidas en sus libros oficiales, y se realizan por la comunidad y los ministros designados, etc es, la Eucaristía, los Sacramentos, la liturgia de las Horas. Liturgia: Es el ejercicio del Sacerdocio de Cristo (Sacrosanctum Concilium n.7), la actualización constante de su Sacrificio Redentor en la misa. Suele llamarse también Liturgia al conjunto de signos y símbolos que la Iglesia, con el poder que le ha dado el mismo Cristo, quiere que empleemos en la celebración de la Eucaristía.
LA SANTA MISA.
El acontecimiento cumbre de la historia fue la Muerte Redentora de Cristo en la Cruz. La Misa es su actualización y como repetición. El acto más importante que cada día realiza el Papa es su sosegada celebración de la Misa. Y todas las misas que celebran los sacerdotes son iguales en valor a la Misa Papal, son igualmente el mismo sacrificio en la Cruz.
CONCIENCIA DE TU DIGNIDAD. ORACION.
No hay oficio humano que se pueda equiparar al del acólito que ayuda en la Misa.
Ayudar en la Misa es:
a). Asistir el Sacrificio de Cristo,
b). Representando en cierto modo a toda la Iglesia como “adelantados del Pueblo de Dios”,
c). Para ayudar al sacerdote sirviéndole en el altar del Sacrificio.
SIGNOS Y SÍMBOLOS.
Nuestra vida humana es una constante combinación de nuestro interior (pensamiento, sentimiento, voluntad) y de nuestro exterior, que viene a ser la traducción de lo que llevamos dentro. Las palabras son signos de las ideas. El saludo, aun con la mano y desde lejos, traduce tu sentimiento. Los regalos y adornos expresan tu estima. Y los signos exteriores – que vienen de lo interior – a la vez que lo significan, refuerzan y aumentan ese mismo interior. El beso que das a tus padres les muestra tu cariño, al desconocido que te ve le haces ver que son tus padres, y tú sin advertirlo tu cariño crece.
Las celebraciones sacramentales no habrían que verlas sólo desde la perspectiva de “signos”, por muy eficaces que se quiera, sino de la de “símbolos” o “acciones simbólicas”. El signo, de por si, apunta a una cosa exterior a sí mismo:
Ejemplo: El humo indica la existencia del fuego
Una flor
Un pastel
Un pañuelo
El signo no “es” lo que significa, sino que nos orienta, de un modo más o menos informativo, hacia la cosa significada. Es una especie de “mensaje” designa o representa otra realidad. Representación material de una cosa, dibujo, figura o sonido.
El símbolo es un lenguaje mucho más cargado de connotaciones. No sólo nos informa, sino que nos hace entrar ya en una dinámica propia. El mismo 2es” ya de algunas maneras la realidad que representa, nos introduce en un orden de cosas al que ya él mismo pertenece.
La acción simbólica produce a su modo una comunicación, un acercamiento.
Cosa que se toma convencionalmente como representación de un concepto:
Ejemplo: El laurel es el símbolo de la victoria.
Nuestra fe en lo que es la Misa nos lleva a sentir:
A) Un deseo de adoración a Cristo presente en el Altar, y de respeto proporcional a todo lo relacionado con El: el altar y el sacerdote que son una representación suya, el pan que va ser su Cuerpo, el cáliz que contiene su Sangre... vinajeras, mantel, el libro de su Palabra...
B) Como admitido por la Iglesia a ese honor, has de tener orgullo agradecido y gozoso, respondiendo con toda dignidad a los diálogos y oraciones de parte y en nombre de todos los cristianos.
C) Y un afán de atención, previsión y diligencias para actuar en tu servicio al altar de Dios.
Ten en cuenta que la Misa es una forma de diálogo entre Jesucristo, representado por el Sacerdote, y la Iglesia a la que tú representas: aprende, pues, bien cada respuesta; y recítalas con claridad, fuerza y dignidad. Y – en sentido contrario – no lo usurpes al sacerdote lo que le toca decir a él cuchicheándolo tú por lo bajo. Concretamente el Por Cristo, con El y en El es exclusivo del sacerdote, la pausa y mayor solemnidad con que vale para recordarte que te asumes con tu Amén vigoroso a su deseo de la gloria de Dios.