MariCruz Admin
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| Tema: Actuamos como pensamos Vie Mayo 18, 2007 9:22 pm | |
| ACTUAMOS COMO PENSAMOS
Fr. Eusebio Gómez Navarro. O.C.D
Victor Hugo tiene una leyenda sobre Caín. Habla de un Caín que no vive tranquilo, en todas partes ve un ojo terrible que lo mira. Huye a los bosques, valles, montañas; mas a todas las partes el ojo lo persigue. Para su paz y tranquilidad los hijos deciden hacerle una casa subterránea. Caín entra esperanzado en el nuevo hogar, mas el ojo lo sigue mirando. Lo mismo podríamos decir de los pensamientos: los tenemos con nosotros siempre. El ser humano es el resultado del pensamiento, sentimiento y conducta. La conexión entre ellos es total, cada uno de ellos influye en los demás. Como se piensa, se siente y se actúa, y al revés puede suceder también. Normalmente cada pensamiento crea la emoción correspondiente y determina la acción en cada momento. “Es la mente la que hace el bien o el mal, la que hace mísero o feliz, rico o pobre” (E. Spenser). En la mente está el cielo o el infierno, depende cada uno como se lo fabrique. Lo que pensamos y cómo pensamos son importantes para la vida, pues, normalmente, “la gente se perturba, no por los acontecimientos, sino por su opinión sobre los acontecimientos (Epicteto).
La mente proyecta lo que tiene. Cuando en la mente hay desasosiego, tristeza, miedo, eso veremos a nuestro alrededor. La paz, el amor, el cielo o el infierno están en nuestra mente. Será, pues, de vital importancia el aprender a dirigir nuestra mente para así reemplazar todos los sentimientos de miedo, frustración, depresión, por otros más positivos. Cada uno puede elegir lo que piensa, aunque le cueste sudor esta elección.
La paz mental empieza con nuestros propios pensamientos y de ahí se extiende hacia el exterior. Es precisamente de nuestra propia paz mental (causa) de donde procede una percepción del mundo en paz (efecto). Cuando aceptamos la paz mental como único objetivo, el perdón se convierte en nuestra única función. Nos olvidamos de que la paz mental es un estado interior y de que sólo cuando nuestra mente está en paz podemos percibir un mundo en paz. Somos presa fácil de la ira, depresión o entusiasmo. Lo que la mente proyecta pasa a ser nuestra percepción, la cual limita nuestra visión mientras nos sigamos aferrando a ella. Nuestra mente opera como si estuviese dividida en dos: una parte actúa bajo la dirección del ego y la otra bajo la dirección del Amor. Nuestra mente tiene el poder de tomar cualquier decisión.
Muchos de nuestros pensamientos no son positivos, no son afectuosos. Si queremos que reine la paz y el amor en el mundo, es esencial que optemos por la paz y no el conflicto, por el amor, no por el odio. Las palabras: imposible, no puedo, es difícil, debería... no son más que el resultado de nuestro estado mental, de aquello que creemos, o al menos ponemos el acento. En la mayoría de los casos el mundo es según están nuestros pensamientos. Al cambiarlos, cambiaremos automáticamente el mundo a mejor, pues lo que pienso de los otros es el resultado de mis sentimientos y pensamientos.
El Dr. Gerald Jampolski afirma: “La causa del estrés, así como de un buen número de sufrimientos, de angustias, de depresiones que solemos padecer, no es solamente la situación en la que nos encontramos inmersos o los momentos difíciles que vivimos sino que también suele radicar en la manera cómo pensamos.” Y el médico añade: “Si cambiamos nuestra manera de pensar…cambiará nuestra manera de vivir.”
Todos los acontecimientos que nos han sucedido en nuestra vida hasta este instante han sido creados por los pensamientos y creencias que hemos tenido en el pasado. Los pensamientos son poderosos; los pensamientos son creativos. Nuestros pensamientos crean nuestra realidad. Según pensamos, actuamos. | |
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