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 a) Andando a Roma; b) Para encontrar trabajo; c)¡¡PRECIOSO!!

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J.S.L.




Cantidad de envíos : 107
Fecha de inscripción : 07/03/2010

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MensajeTema: a) Andando a Roma; b) Para encontrar trabajo; c)¡¡PRECIOSO!!   a) Andando a Roma; b) Para encontrar trabajo; c)¡¡PRECIOSO!! EmptyLun Ago 18, 2014 3:42 am

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Envío otras tres anécdotas a la Parroquia de Cristo Hermano de Guatemala:


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Un hermano mío fue con un amigo suyo (los dos tenían 17 años) caminando desde Barcelona a Roma para ver al Papa Juan Pablo II. La peregrinación les duró todo el mes de Agosto. Se las ingeniaban para poder oír Misa cada día en los diversos pueblos por los que pasaban. Al final del camino, y estando oyendo Misa en un pueblo, iban tan sumamente harapientos que el Párroco no les quiso dar la Comunión... Después de la Misa, pasaron a la Sacristía, y le explicaron. Al oírlo, el Párroco les pidió disculpas, les dio la Comunión, les dio de comer, incluso les ofreció cama para, si querían, poder dormir y descansar...

Ya en la Plaza de San Pedro, cuando el papamóvil pasó delante de ellos, el Papa leyó la pancarta que mi hermano y su amigo habían confeccionado. Ponía: "Desde Barcelona a Roma. 900 kms. a pie". El Papa les sonrió y les bendijo... El amigo de mi hermano no sólo es Sacerdote Jesuita (nada más acabar la peregrinación se metió en el noviciado), sino que puedo aseguraros que es ¡¡ un santo en vida !! Lo dice todo el mundo que lo conoce. ¿Veis cómo actúa el Papa Francisco? Pues el amigo de mi hermano ¡¡ es igualito, igualito que el Papa Francisco... !!


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Hace treinta y seis años me enteré por una amiga que San Pancracio era el Patrono de la salud y el trabajo. Ese mismo día, al llegar a mi casa a las 11 y cuarto de la noche, le comenté lo de San Pancracio al único de mis doce hermanos que no había encontrado todavía su primer trabajo, para que se encomendara a él. Me dijo que desde ese momento se iba a encomendar a ese santo. Al levantarse mi hermano al día siguiente, a las 7 de la mañana (todo lo recuerdo perfectamente), se le ocurrió una idea que no se le había ocurrido en varios años en los que iba buscando trabajo: ir por la Universidad poniendo carteles de "Profesor de Matemáticas se ofrece para dar clases particulares".

Nos fuimos ese mismo día su novia (que ahora es su mujer, y tienen tres maravillosos hijos), él y yo provistos de un taburete, por toda la Universidad poniendo esos carteles lo más alto que podíamos para que nadie nos los arrancara... Íbamos a seguir haciéndolo en los días sucesivos por el resto de Universidades de Ciencias de Barcelona, pero no hizo falta, porque ese mismo día le empezó a llamar gente pidiéndole clases, y no tuvo necesidad de poner más carteles. Al revés, le salieron tantas clases (en ese tiempo aún no había acabado la carrera de Matemáticas) que con mucho pesar suyo, tuvo que decir que no a bastantes personas...

Y ahora viene lo mejor: desde entonces ¡¡ ni un solo día mi hermano ha dejado de tener trabajo !! Dejó hace muchos años las clases particulares pues le ofrecieron un trabajo para dar clases en la Universidad. Por cierto, con lo grande que es Barcelona, tiene la suerte de que su trabajo lo tiene a un minuto de mi casa... Así que, en cuanto acaba de comer, es muy frecuente que nos venga a ver.

Para los que andéis en estos momentos sin trabajo, os recuerdo que si bien es cierto que la cuestión de encontrar empleo está ahora fatal por la crisis, no debéis de olvidar que ¡¡ San Pancracio es el mismo, y tiene el mismo poder de intercesión ante Dios que tenía hace treinta y cinco años... !! De paso os animo a que leáis un día la vida de San Pancracio, que es muy bonita.

A los que estáis en paro os recuerdo el refrán de: "A Dios rogando, y con el mazo dando...". Es de toda lógica que cuanto más se mueve una persona buscando trabajo, más posibilidades hay de que lo encuentre.

Bueno, en los tiempos difíciles en los que vivimos, los que por desgracia estáis en paro ¡¡ también podéis encomendaros a Santa Rita, Patrona de los imposibles, y a San Judas Tadeo, Patrono de las causas perdidas... !! Si no habéis leído la vida de Santa Rita, os la recomiendo también, pues es preciosa. A mí me impresionó un montón cuando la leí, y comprendí muy bien el por qué es Patrona de los imposibles. Y Nuestra Señora del Sagrado Corazón es la Abogada de las causas difíciles y desesperadas.

Y para las causas muy difíciles e importantes: San Expedito. Leed también su vida. Y Santa Teresita del Niño Jesús prometió enviar desde el Cielo una lluvia de rosas al mundo. Yo continuamente me estoy encomendando a ella.

Para encontrar trabajo, o para las intenciones particulares que tengamos, podemos encomendarnos a cualquier santo o a cualquier ser querido que ya esté con Dios, o se las podemos pedir directamente a Él. Lo que prefiramos. Pero eso sí, hagámoslo siempre con mucha devoción, mucha humildad, mucha constancia y mucha fe. Pero a la vez aceptando que se haga en todo momento la Voluntad de Dios.


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El 28 de Agosto de 1963 fue un día memorable para la Humanidad: ¡¡ Martin Luther King pronunció su maravilloso e histórico discurso  !!

Os facilito el Link de la foto realizada el 28 de Agosto de 1963 en la que se ve a Martin Luther King pronunciando el impresionante y trascendental discurso delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington, DC, durante una histórica manifestación de más de 200.000 personas en pro de los derechos civiles para los negros en los EE.UU.:


http://www.marxists.org/espanol/king/28agosto1963.jpg

Texto del discurso:


Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la Emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y sentirse contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inescrutablemente ligada a la nuestra. No podemos Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipi no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipi, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipi, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Ésta es nuestra esperanza. Ésta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipi! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios Omnipotente, ¡somos libres al fin!"



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