.
Juan Pablo II canonizó al labrador Juan Diego. Si alguno que me leyere no supiera la historia de este santo (estamos en el tema de "Anécdotas o sucesos reales"), le sugiero que la mire por Internet. Gracias a la aparición del microscopio, con este instrumento se ha descubierto que en la retina de los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe, del Monasterio de Guadalupe (México), ¡¡ está grabado con toda claridad el momento en que la Virgen se apareció a Juan Diego !!
Aprovechemos para pedirle muchas cosas a la Virgen de Guadalupe. Yo le tengo una especial devoción a esta Advocación, pues hace unos ocho años la Virgen de Guadalupe hizo un milagro. Y el milagro dura hasta el día de hoy. Resulta que encargué una petición de algo muy importante, y que humanamente era imposible, a una forista mexicana que iba a visitar el Monasterio de Guadalupe, y en los dos o tres días en que ella estuvo rezando allí a la Virgen de Guadalupe ¡¡ se me concedió ese milagro !! Lo que le pedí fue la curación de una persona que estaba desahuciada por los médicos. Esa persona curó en esos días completamente, y en la actualidad está del todo sana, y hace la vida normal.
Cada uno que piense lo que quiera, pero para mí aquello fue un milagro...
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Tenía yo 15 años recién cumplidos, y acababa de llegar a vivir a Barcelona. Me fui un día con seis hermanos más pequeños que yo por el centro de Barcelona. Cuando se hizo de noche, cogí el metro que me llevaba a Sarriá, que es el barrio de la ciudad de Barcelona donde vivía entonces, y donde en la actualidad sigo viviendo. Yo veía que el metro tardaba demasiado en llegar a la estación de "Sarriá". Iban pasando estaciones, y más estaciones. De repente le pregunto a un señor cuánto faltaba para llegar a la estación de Sarriá. Él me dijo: ¡¡ pero si la hemos pasado hace mucho rato !! Ahora estamos llegando a... (no recuerdo si mencionó Sant Cugat, Tarrasa, Sabadell..., que son ciudades que están a muchos kilómetros de Barcelona). Me bajé en la próxima estación, y a continuación me dirigí a la ventanilla del andén. Al expendedor de billetes le expuse mi problema, y le dije que no llevaba dinero para volver a Barcelona. Al oírme el chico que iba detrás de mí en la cola, me dijo que él también iba a Sarriá, y se ofreció a pagarme todos los billetes. Se lo agradecí mucho, pero acepté su favor con una condición: que me acompañara a mi casa (que estaba muy cerca de la estación de Sarriá) y así yo le devolvería cuanto antes el dinero, y me quedaría ya tranquila. Él aceptó mi trato, y nos acompañó a casa a mí y a mis hermanos.
Pero a partir de ahí vino a verme a mi casa en varias ocasiones. Como era un chalet, podía entrar casi a pie llano. Y por la guía de calles, enseguida averiguó mi teléfono. Era un chico muy educado, muy simpático y tenía unos ocho años más que yo.
Pero uno de los días que me llamó por teléfono, dio la casualidad de que se topó con mi padre. Al saber que se trataba de ese chico, le dijo: "estamos muy agradecidos con usted por lo bien que se portó con mi hija en el apuro que tuvo en el metro, pero le ruego que no vuelva a llamarle porque mi hija no va con desconocidos". Para lo buenísimo que era mi padre, creo que se portó algo duro con ese chico... Mi bienhechor se portó muy correctamente porque ya nunca más vino a verme, ni tampoco volvió a llamarme por teléfono. Pero, en compensación, he rezado en muchas ocasiones por él a lo largo de mi vida.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Ocurrió en las Ramblas, junto a la famosa Fuente de Canaletas. Estaba yo con siete hermanos pequeños, y con la hija del portero, que tenía 6 años, presenciando la Cabalgata de los Reyes Magos. De repente noté que un chico de unos doce o trece años, que al parecer iba con otros amigos, tenía su mano metida en mi bolso. Se la saqué. Pero como siempre he sido demasiado confiada, ni se me pasó por la cabeza que me estaba robando... Al ir a sacar los billetes para ir a Barcelona (el andén está en la Plaza de Cataluña, junto a la Fuente de Canaletas), vi que ese chico me había robado la cartera con toda mi documentación. Menos mal que mi Ángel de la Guarda me echó una mano, pues junto a la Fuente de Canaletas hay un Hotel propiedad de dos íntimas amigas mías, hermanas entre sí. El conserje llamó por teléfono a su casa, se puso una de ellas, reconoció mi voz, y enseguida el conserje me prestó el dinero que necesitaba para los billetes, incluso bastante más. Y recuperé la documentación, pues ese chico la metió dentro de la capucha de una niña de las que estaban presenciando la cabalgata, y posteriormente su madre me llamó por teléfono para devolvérmela.
Tenemos al Ángel de la Guarda junto a cada uno de nosotros para que nos auxilie en todo momento, no sólo en el ámbito espiritual, sino también en el físico. Y está claro que en ocasiones notamos su presencia de un modo muy especial... ¡¡ Desde aquí le doy las gracias al mío por lo muchísimo que me ha ayudado a lo largo de mis 66 años de vida !!
Para los que no conozcáis Barcelona, os digo que desde la Plaza de Cataluña a Sarriá hay 50 minutos andando de bajada. Pero cuando se ha de subir, lógicamente dura algo más de una hora el recorrido. Y en aquella Noche de Reyes en que me robaron la cartera, lo que hubiera tenido que hacer si no hubiera conseguido el dinero para comprar los tickets del metro era subir, no bajar... Y, por supuesto, los niños no hubieran aguantado ese recorrido de 4 Kms. y medio de subida, y encima de noche. En aquel tiempo no existían los móviles, ni Internet, ni otras muchas cosas estupendas que existen ahora, y que lo facilitan todo. El apuro que pasé después de la cabalgata fue muy grande. Pero, si rezamos con fe, ¡¡ desde el Cielo siempre te ayudan... !!
Y también os comento que la ciudad de Barcelona, que por cierto es PRECIOSA, está entre dos montañas (la del Tibidabo y la de Montjuic) y el mar. Y al hacer un poco de subida, se pueden obtener fácilmente vistas panorámicas, con el mar al fondo... Sobre todo desde los pisos altos y terrados, y también desde otros muchos lugares.
¿Quién se anima a venirrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr? (je, jeeeee...).
.