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A) Voy a relataros otro hecho real.
Cuando yo tenía 15 años (de esto hace muuuuuuuuuuucho tiempo pues ahora tengo unos cuantitos más...), una amiga mía (que ahora es prima mía porque se casó con un primo hermano mío) me contó algo muy impresionante acerca de una familia que ella conocía:
El padre de esa familia de Barcelona, por el motivo "X", abandonó a su esposa y a sus diez hijos, y se fue a vivir fuera de España. Pasaron muchos años. Llegó un momento en que enfermó. Se arrepintió de la barbaridad que había hecho. Pero ¿qué podía hacer ahora...?
Después de dar muchas vueltas al asunto, decidió por fin escribir una carta a uno de sus hijos, diciéndole su triste situación, y lo muy arrepentido que estaba de haberlos abandonado a todos. Tenía la casi total seguridad de que ni su hijo, ni ningún otro miembro de su familia, iban a contestar la carta. Pero por si acaso le puso la hora y el lugar en el que iba a llegar a Barcelona. Ni el hijo ni nadie contestó su carta. El padre dedujo inmediatamente (y pensó que era de toda lógica) que su familia no quería saber nada de él. Pero cuál fue su grandísima y maravillosa sorpresa que, al llegar a Barcelona, ¡¡ estaban en el andén del tren su esposa y sus diez hijos !!
Como os he dicho, la amiga que me lo contó (repito, ahora es prima mía) conocía a esa familia, y me dijo que fue impresionante el hecho de que tanto su mujer como sus diez hijos le perdonaran y le acogieran nuevamente en su casa.
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B) Hace muchos años hice amistad con una chica andaluza, por cierto, muy cariñosa y muy piadosa. En una ocasión (cuando la conocí yo tenía 22 años, y ella 17) me contó algo muy bonito de su madre:
Esta amiga era la segunda de ocho hermanos. Su madre, desde que se casó, iba acogiendo en su casa a cualquier pobre que quisiera entrar en ella. Las puertas estaban permanentemente abiertas para la gente necesitada. Hoy día, al menos en España, eso sería totalmente impensable, pues hay mucha delincuencia. Pero pienso que en aquel tiempo también debía de ser peligroso. Esa mujer debía de ser muy valiente, y lo mismo su familia…
Pues bien, en su casa (era un chalet) siempre estaban entrando y saliendo gente humilde, sobre todo gitanos. Bueno, mi amiga me dijo que prácticamente todo eran gitanos. Esta mujer se dedicaba a ayudarles en todo, hasta les facilitaba los medios burocráticos y de todo tipo para poderse preparar para la Primera Comunión, para casarse (los que no estaban casados, y muchos de ellos ya vivían juntos), para recibir el Bautismo… Les ayudaba a encontrar trabajo, les enseñaba a leer y a escribir (entonces en España había, por desgracia, mucha gente analfabeta), etc. etc. En fin, su madre estaba totalmente entregada a todos esos pobres, ¡¡ además de atender a su marido, a sus ocho hijos y a la vida en general… !!
Yo me hago a mí misma una pregunta:
El Señor quiso nacer muy pobre. Si yo hubiera vivido en Nazareth, y Él me hubiera necesitado, ¿le habría abierto de par en par las puertas de mi casa y le habría ayudado en todo lo que hubiera podido, como la madre de mi amiga hacía con toda esa gente necesitada…?
Os invito a que también vosotros, los que ahora o algún día lleguéis a leer este mensaje, os hagáis esta misma pregunta que me hago yo. ¿Quién sabe? ¡¡ A lo mejor con ella sacamos, vosotros y yo, algún buen propósito… !!
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C) Era una noche del mes de Junio. Tenía yo 14 años. Al día siguiente me examinaba de la Reválida de 4º de Bachillerato. Como me tenía que examinar de 1º, 2º, 3º y 4º de Bachiller, que entonces era un examen super duro (sólo los que lo pasasteis en España me comprenderéis…) y como no sabía qué libro coger de tantos que tenía delante de mí, decidí hacer unos ejercicios que venían en un librito de exámenes que se habían hecho otros años, y que servían de orientación. Venían las preguntas y las contestaciones, y en alguna ocasión habían salido esas mismas preguntas en el examen de años posteriores.
Encima de la mesa de estudio puse, como hacía siempre, un crucifijo y una estampa de la Virgen. Recuerdo que al colocar su estampa le dije: “Madre mía, ayúdame a que repase lo que sea más conveniente; el examen de mañana lo dejo totalmente en tus manos”.
Por una serie de circunstancias, no disponía de más tiempo que el de repasar dos temas. Así que elegí uno de Ciencias y otro de Letras. Pues bien ¿sabéis lo que me tocó en el examen? ¡¡ Ese mismo tema de Letras, y ese mismo tema de Ciencias, además de otras pequeñas preguntas que supe contestar !! Me da mucha pena recordarlo, pero suspendieron el 90% de las de mi clase. Y de ese 10% que aprobamos, algunas alumnas repetían curso. Exigían demasiado en ese examen, y por ello lo quitaron al muy poco tiempo. Yo sabía además que concretamente donde nos examinábamos (era en un instituto fuera del colegio) eran muy duros al corregir.
Ya os podéis imaginar la nota que saqué tanto en el examen de Ciencias como en el de Letras… ¡¡ Y todo gracias a la ayuda de la Virgen, pues le encomendé totalmente a ella mi Reválida de 4º !! Por supuesto, que yo había estudiado mucho. A los dos años hice la Reválida de 6º, que comprendía los cursos 5º y 6º, pero esa Reválida era mucho más suave, sin comparación, y gracias a Dios me fue fenomenal.
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