|
Isabel de la Trinidad, Beata |
Etimológicamente significa “juramento de Dios”. Viene de la lengua hebrea.
Te encuentras hoy ante una mística de altos vuelos. De esas personas que uno no sabe si viven en la tierra o están viviendo físicamente aquí pero su mente y corazón están en el cielo.
Nació en Bourges, Francia, en 1880. Le costó mucho en su educación y madurez personal acabar con el mal genio que tenía. Esto le ocurrió tras la muerte del padre.
A los 14 años, hizo voto de virginidad. Pocos años después empezó a escribir sus revelaciones místicas o sobrenaturales.. A los 21 años ingresó en el convento carmelitano de Dijon.
Nada más que entrar, se lo tomó todo en serio. Y el ideal que guiaría su vida entera no fue otro que éste:"Alabanza de gloria de la Santísima Trinidad y crecer de día en día en la carrera de amor a los Tres".
A pesar de su juventud, ejerció y ejerce una gran influencia en la vida de las personas más sensibilizadas con el mundo de Dios. Sus libros “Elevaciones, Retiros, Notas Espirituales y sus Cartas constituyen una experiencia mística trinitaria excepcional.
Su contemplación, su soledad y sus arrebatos místicos nos hacen ver su unión con Dios trinitario.
De sus libros entresacamos algunas frases dignas de retenerse en la memoria y en el corazón creyentes:"Creer que un ser que se llama El Amor habita en nosotros en todo instante del día y de la noche y que nos pide que vivamos en sociedad con El, he aquí, os lo confío, lo que ha hecho de mi vida mi cielo anticipado".
"Mi Esposo quiere que yo sea para El una humanidad adicional en la cual el pueda seguir sufriendo para gloria del Padre y para ayudar a la Iglesia".
Murió en el año 1906 a causa de una úlcera de estómago. Subió a los altares el 25 de noviembre de 1984.