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Guiberto de Gembloux, Santo |
MonjeEtimológicamente significa “protector”. Viene de la lengua alemana.
Doquiera que estés, sea el que sea tu continente, tú que quisieras percibir el misterio que está en el corazón de tu propio corazón, ¿presientes en tu, fugazmente, una presencia?
Guiberto presintió en su corazón la presencia de Alguien que lo llamaba a ser feliz, alejado de tantos bienes como le había dejado su padre en herencia..
Con todo lo que recibió, lo primero que hizo fue construir un monasterio de benedictinos.
Y además obtuvo del emperador Otón I, el permiso para que construyeran murallas en su derredor para una mayor seguridad, fabricar la moneda y tener un mercado público.
Guiberto, ante tanto éxito, hizo lo que le dictaba su corazón: irse a Gorze en la Lorena, para vivir santamente.
Algún tiempo antes de su muerte, los monjes de Gembloux, al acordarse de él, fueron a pedirle que dejara sus despojos mortales en el monasterio.
Desde su muerte, acaecida en el año 962, aquel lugar se convirtió en un centro de peregrinaciones de toda la gente que le había conocido y de cuantos oían hablar de él y de sus milagros.
En toda la Edad Media, Gembloux fue un atractivo religioso de primer orden debido al desprendimiento de este joven que, en lugar de enamorarse de las riquezas materiales, se enamoró de Cristo.
Presintió su presencia divina y, ante ella, no tuvo la menor duda en escoger el mejor camino para su santificación personal.
¡Cuánta falta harían hoy chicos como Guiberto en nuestra sociedad que sólo valora el dinero!