Como ovejas sin pastor
Marcos 6, 30-34. Tiempo Ordinario. Las almas necesitadas de Dios, le buscan para que les dé lo que más necesitan: amor.
Marcos 6, 30-34
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Reflexión
El verdadero pastor es aquél que da su vida por las ovejas, las cuida aunque vea venir al lobo que las mata y dispersa. Los demás, los mercenarios, quienes no son pastores cuando ven venir al lobo abandonan a las ovejas para salvar su pellejo.
Cristo es el Buen Pastor. Él da su vida por las ovejas en todo momento, también cuando no le queda ya tiempo ni para comer. Allí está Él, buscando un tiempo para descansar en compañía de sus discípulos, pero las almas necesitadas de Dios, le buscan para que les dé lo que más necesitan: AMOR.
Es como el padre que después de una jornada cansada y agotadora, regresa a casa con el único deseo de descansar. Pero no tiene en cuenta que allí están los chiquillos que le esperan para jugar un poco antes de irse a la cama. Al ver que sus hijos le piden algo que humanamente le es ya imposible, saca sus últimas fuerzas para seguir jugando y haciendo felices a sus hijitos, dándoles lo mejor de sí, aunque su cuerpo esté deshecho.
No importan las dificultades para el que ama. Si ama de verdad entonces todo queda en segundo plano, lo primero es la felicidad de aquellos a quienes ama. Así es Cristo con nosotros