El sembrador...
El sembrador salió a sembrar en un terreno ya arreglado. El dueño de la tierra habrá encontrado el medio para que sea preparado ya. Las piedras, que tantas hay, se tiraron al borde de aquel pedazo de tierra, por el camino. Lo curioso es que empieza el sembrador por tirar la semilla a manos llenas en la parte pedroza, en vez de terminar por ella. De hecho, el trigo tiene que nacer parejo y se tira igual pedazo por pedazo. Me hace pensar a aquel pintor que terminar de pintar el suelo quedándose en un rincón y no a la altura de la puerta.
No creo que tampoco vaya el buen sembrador a tirar mucha semilla en el camino y entre las piedras del borde.
La narración se fija más en los resultados,ingratos por una parte y generosos por otra.
El señor ha hecho ya una preparación para poder corresponder a sus obras en mí.Desde la eternidad me ha llamado a una misión específica que sólo yo pueda hacer. Si estoy falto de atención, es un vacío que queda por mi parte en su proyecto de salvación. No lo limita a él, pero a mi, mucho.
Creo que lo que más nos daremos cuenta al encontrarnos con El definitivamente, es que hubieramos podido hacer mucho más para el Reino, y que lo hemos dejado de hacer. Que tremendo purgatorio ver que no hemos amado como lo hubieramos podido hacer.
¿Que sembrará el sembrador? Como en muchas otras figuras, la luz, la ley, la vida, es el mismo Cristo, la semilla.
El resultado será de parecerse a El: pensar, hablar, amar y ser como El.