¿De qué tiene miedo el mundo de hoy?... ¿Y tú?
Autor: P. Sergio A. Cordova LC | Fuente: Catholic.net
¿De qué tiene miedo el mundo de hoy?... ¿Y tú?
Mateo 10, 26-33. Tiempo Ordinario. ¡Confía en Dios y se te acabarán todos tus miedos y tus temores para siempre!
Mateo 10, 26-33
«No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.
Reflexión
Las palabras del Papa Wojtyla, en la Misa del inicio solemne de su pontificado, aquel 22 de octubre de 1978, fueron precisamente éstas: “No tengáis miedo de acoger a Cristo y aceptar su poder... No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo, abridlas de par en par... No tengáis miedo. Cristo sabe ‘lo que hay dentro del hombre’. Sólo Él lo sabe”. ¡Qué palabras tan proféticas y confortantes!
En el Evangelio de este domingo, nuestro Señor Jesucristo nos presenta este mismo mensaje y nos invita precisamente a no tener miedo. Si leemos con calma el pasaje de hoy, nos daremos cuenta de que, en un texto tan breve, Cristo repite tres veces la misma frase: “No tengáis miedo”.
“No tengáis miedo a los hombres. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No tengáis miedo porque vuestro Padre celestial cuida de vosotros”. Un mensaje de grandísima actualidad y urgencia. Parece que nuestro Señor está pensando en cada uno de nosotros, en nuestra generación del siglo XX y XXI, a pesar de que pronunció estas palabras por primera vez hace ya dos mil años. Y es que el mensaje de Cristo es siempre tremendamente actual.
“No tengas miedo –nos vuelve a decir hoy– porque Dios está contigo y Él te protege. No tengas miedo porque el poder de Dios, su amor y su providencia son infinitamente superiores al poder humano y a todas sus amenazas juntas. Y aunque padecieras el mal y la muerte misma, no te olvides de que tienes un alma inmortal y Dios te dará vida eterna si vives para Él y lo obedeces”.
¿A qué tienes miedo tú? Tal vez miedo a la soledad, a lo desconocido, al futuro, a una grave responsabilidad, a tomar decisiones equivocadas o a fallar en la vida; tal vez miedo al fracaso, a las malas interpretaciones de los demás, a que te hieran o te traicionen; o miedo a tu propia debilidad, al sufrimiento, a la enfermedad, al dolor, a la muerte... Pero también para ti, personalmente, Cristo tiene una respuesta. Y te la está comunicando hoy en el Evangelio. No tengas miedo, pues sólo fracasa el que nunca lo intenta; el dolor es necesario para crecer; sólo teme el ridículo quien no sabe reírse de sí mismo; el pasado ya no puede herirte más, y el futuro todavía no está en tus manos. Si tienes miedo a la opinión de la gente, de todas formas opinarán de ti; la enfermedad y el sufrimiento sólo nos acercan a Dios si lo aceptamos y vivimos con fe y con amor. ¿Temes la oscuridad? Sólo en la noche podrás gozar de la belleza de las estrellas. Y la muerte no es el final, sino el más hermoso de los comienzos. ¡Confía en Dios y se te acabarán todos tus miedos y tus temores para siempre!