Exégesis.
La exégesis es la ciencia de la interpretación bíblica.
I. Antiguo Testamento y judaísmo.
Esa ciencia comienza ya con el Antiguo Testamento. La interpretación de la tora fue necesaria en el tiempo postexílico por su importancia como base en la vida religiosa y social de la comunidad.
Esdras es su primer intérprete. (Esd 7,10). Asumieron esa función los escribas fariseos. Las reglas exegéticas de los rabinos antiguos, de los tanaím, fueron transmitidas oralmente y consignadas por escrito hacia fines del siglo II después de Cristo en la mishná. El resultado de su actividad quedó consignado en el Talmud. Encontramos una exégesis de éste tipo en Qumrán.
Hay que señalar el esfuerzo de Sadaya en el siglo X, sin sucesores. Los sabios judíos de la edad media crearon un gran número de comentarios a la escritura y de obras gramaticales y lexicográficas que han influido sobre la ciencia bíblica cristiana.
Moisés Mendelssohn, en 1786, acepta en parte la ciencia bíblica moderna, debido a la influencia de la tradición judía.
También hallamos una interpretación de la Escritura en los targumim, traducciones arameas del Antiguo Testamento. Son reproducción libre del texto hebreo.
La versión de los LXX en griego, además de traducción, es interpretación del original.
Tenemos el esfuerzo de Filón de Alejandría de armonizar la Biblia y la filosofía griega. Lo que influyó en los padres latinos de la Iglesia. (20 aD-54 pD).
II. Comunidad primitiva.
La comunidad aceptó la herencia judía y la interpretó en función de Cristo y del Nuevo Israel.
III. Era patrística.
La era patrística se caracteriza por la controversia con el judaísmo. Orígenes usa el método alegórico. Es de la escuela de Alejandría. La escuela de Antioquía rechaza la alegoría e insiste en el sentido tipológico. El siglo VI marca el fin de la bíblica independiente. Se inicia la época de las cadenas, formando comentarios seguidos.
El primer latino es Victorino de Pettau (+ 314). El método alegórico predominó. Citemos en ésta línea Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Gregorio Magno (+ 640). El donatista Ticonio, apreciado por Agustín. En el Ambrosiaster, vemos más la escuela antioqueno. También están los comentarios de Pelagio y su secuaz Julián de Eclana. Isidoro de Sevilla es mero compilador.
IV. Edad media latina.
La exégesis está dedicada a la práctica, a la predicación y a la liturgia. Los más antiguos comentarios son compilaciones a manera de cadena de textos patrísticos. Predominó la interpretación alegórica. Unos autores son Beda el Venerable (+ 735), Alcuino, Teodulfo de Orleáns. Los autores del siglo IX ya aspiran a más independencia como Juan Escoto Erígena, Remigio de Auxerre. En el siglo XI, las escuelas de Laón y de Utrecht son centros de estudio bíblico. La "glossa", creación de Anselmo, ve añadirse al texto breves observaciones tomadas de los padres de la Iglesia o de comentaristas anteriores. Pedro Lombardo, mejorando la obra de Anselmo sobre los Salmos y Pablo, nos deja el "manual exegético normativo para toda la edad media posterior.
El desarrollo de la teología medieval ve nacer las "quaestiones". Roberto de Melún da el paso decisivo de desprender las "glossas" de las "quaestiones" con lo cual se libera la dogmática para convertirse en disciplina independiente. Sin embargo, la escolástica del siglo XIII mantiene la "glossa" como base para tratar la materia bíblica. Con Lorenzo Valla y G. Mannetti, el humanismo comienza a ocuparse de la Biblia y de su texto. Así se prepara una nueva época de la ciencia bíblica.
V. Del humanismo a la actualidad.
El humanismo despertó el interés por la historia de la antigüedad y de su literatura. Comienzan a interesar la geografía y arqueología bíblicas, la historia antigua, las lenguas orientales. La invención de la imprenta crea una nueva posibilidad para establecer un texto bíblico unitario y su difusión. El surgimiento de la Reforma protestante fue dañosa a la exégesis por buscar primero los elementos bíblicos para la dogmática, la apologética y la polémica. Se reconoció la importancia del hebreo. La universidad de Lovaina fundó el "Collegium trilingue". Los protestantes fueron en general muy influidos por el humanismo. El cardenal Cayetano propugnaba que era necesario interpretar la Biblia a base del texto original. En vez de indagar el sentido místico, se debía preguntar por lo que las palabras dicen realmente.
El siglo XVIII introduce el método histórico-crítico con el francés Richard Simon (+ 1712).
La escuela de la historia de las religiones y su influencia fue sustituida por la escuela de las "formas", aplicada por R.Bultmann por ejemplo. Su conclusión es de que los evangelios tienen su fundamento en la primitiva predicación cristiana y son testigos de la primigenia fe en Cristo.
Desde allí, se plantea la cuestión de Jesús histórico.
En el siglo XIX, la exégesis católica fue preferentemente apologética. Un nuevo camino fue abierto por la "Ecole Biblique" en Jerusalén por M.J. Lagrange (1890).
Hay tres encíclicas papales relativas a los estudios bíblicos:
"Providentissimus Deus" de León XIII (1893)
"Spiritus Paraclitus" de Benedicto XV (1920)
"Divino afflante Spiritu" de Pío XII (1943)
La última declaró el método histórico-crítico como apropiado y necesario. En muchos campos se ha iniciado una colaboración entre exegetas de ambas confesiones.
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