LA ANTIGUA ALIANZA
OBJETIVO: Comprender que a partir de la alianza con Israel, Dios se compromete a estar presente en su pueblo y los hombres se comprometen a ser fieles a Dios, cumpliendo los mandamientos del amor.
HECHO DE VIDA:
Carlos es un niño que se está preparando para recibir la comunión. Siempre pone mucha atención a las explicaciones de sus catequistas porque tiene muchos deseos de conocer y amar a Dios. Hoy salió de la reunión muy emocionado, por eso, cuando llegó a su casa quiso compartir con su mamá todo lo que había aprendido. “ Mamita - dijo - ya sé lo que significa amar a Dios”. Su madre, sorprendida, le preguntó : “¿y qué significa?”. El respondió : “Amar a Dios quiere decir cumplir sus mandamientos y amar a los demás con hechos más que con palabras”. Y continuó : “mami , podrías decirme ¿cuáles son los mandamientos de la ley de Dios?”. Al ver que no podía decírselos, ella contestó: “no los recuerdo, hace mucho tiempo que los aprendí, ya no me molestes”. “Pero mami - insistió el niño - ¿cómo no los vas a recordar si los mandamientos son el signo de la alianza que Dios tiene con nosotros?”. Y la madre, avergonzada, cambió de conversación.
Preguntas para compartir:
¿Qué opinas de la actitud del niño y de la madre?
¿Crees que se puede ser un buen cristiano si no se conocen los mandamientos? ¿Por qué?
¿Es posible amar sin asumir una “alianza” o compromiso? ¿Por qué?
TEXTO BÍBLICO : Ex 20, 1 - 21
CONTENIDO DOCTRINAL:
A lo largo de toda la historia de la salvación ha habido una serie de tensiones y rupturas entre Dios y los hombres. La primera tuvo lugar en el mismo Paraíso. Después las rupturas se han ido sucediendo en cadena, llegando a lo increíble, a colgar en una cruz al Enviado de Dios, su mismo Hijo. Ante este comportamiento del hombre, ¿cuál ha sido el comportamiento de Dios?, ¿cuál ha sido la política de Dios en sus relaciones con el hombre?.... La que el hombre no podía imaginar y menos esperar: la política de las alianzas.
Pero, ¿qué es una alianza?
Hoy, como ayer, son frecuentes los pactos, acuerdos y contratos entre las naciones, las firmas comerciales o los individuos particulares. Sin embargo, en nuestro lenguaje común el término “alianza” evoca ordinariamente situaciones políticas o bélicas . Muchas veces expresa un estado de pacificación entre dos partes que antes eran enemigas o estaban en conflicto. También puede indicar un “pacto de guerra” entre sujetos (naciones) que se unen contra un enemigo común.
La historia bíblica nos describe las relaciones de Dios con el hombre, al modo humano, a base de pactos y alianzas. Y estas alianzas van a ser el mejor medio de expresar las relaciones del hombre con Dios, o , mejor, las relaciones de Dios con el hombre, pues estas alianzas se definen primariamente no por el hombre, sino por aquel que es el iniciador y el regulador. Ahora bien, la idea de que Dios haga alianza con el hombre nos puede parecer extraña, de allí que puedan surgir dificultades de comprensión entre el concepto bíblico de alianza y el de la gente de hoy. Por ello es conveniente insistir en dos aspectos en nuestra definición:
(a) La alianza es una superación de un estado de hostilidad y de división mediante un acto de pacificación y de reconciliación.
(b) La alianza es siempre una situación de comunión o de unión en cierto modo “fraternal”.
Según esto, la alianza es un estado o situación de unión entre dos o más partes, que indica una comunión o una relación unilateral que está pidiendo una respuesta.
Las diferentes alianzas que encontramos en el A.T. tienen un denominador común : la absoluta, libre y gratuita iniciativa de Dios de salvar al hombre, estableciendo con él un vínculo que implique la adhesión libre del hombre. Con las alianzas que establece con su pueblo, Él manifiesta y realiza su plan de salvación. Las alianzas nos ayudan a interpretar las relaciones vividas entre Dios y su pueblo dentro de la historia.
Las principales alianzas históricas de Dios son :
Alianza con Noé ( Gn 9, 9ss): No es un pacto bilateral, sino un compromiso gratuito de Dios. Él es el que se compromete a no enviar otro diluvio de agua. La señal de garantía que Dios da es el arco iris.
Alianza con Abraham ( Gn 15 y 17 ): Como el de Noé, es también un contrato unilateral, gratuito o de compromiso sólo por parte de Dios. Las promesas que Dios le hace a Abraham y que renovará a su descendencia son :
- Promesa de una numerosa progenie, (como las estrellas del cielo).
- Promesa de una tierra, la de Canaán.
- Promesa de una nueva alianza que se cumplirá en el Sinaí.
El rito de la circuncisión será la señal que recordará a Dios su alianza y a los hombres su pertenencia al pueblo escogido.
Alianza del Sinaí: En el monte Sinaí se llevará a cabo una alianza histórica cuyos contratantes son: Dios y los israelitas salidos de Egipto. El mediador de este pacto será Moisés, pero, a diferencia de la alianza de Abraham, no será Moisés sino el pueblo, quien selle la alianza con el Señor; por tanto, comprometerá a todo el pueblo.
Aunque la iniciativa de la alianza parte de Dios, sin embargo, el compromiso no será unilateral. Dios y el hombre se comprometen. Yahvé se compromete a ser el Dios de Israel y éste se compromete a ser el pueblo de Dios. Dios se compromete a aceptar a Israel como propiedad suya y a hacerlo pueblo santo y sacerdotal (Ex 19,5-6). Israel se compromete a no tener otro Dios fuera de Yahvé, y a hacer todo que Él ha dicho (Ex 24,3); es decir, observar el Decálogo y el Código de la Alianza. Este contrato bilateral podrá romperse si cualquiera de las partes contratantes no cumple el compromiso. Dios será siempre fiel, pero Israel, no. En las infidelidades de los israelitas se apoyarán los profetas para decir que la alianza antigua ha terminado y que el Señor prepara una nueva.
Los ritos son: el de la sangre y el banquete ( cf. Ex 24, 6 - 8. 9-11).
El Decálogo:
La palabra “Decálogo” significa literalmente “diez palabras” (Ex 34,28; Dt 4,13; 10,4) y constituyen las palabras que Dios reveló a su pueblo en la montaña santa. Son un don de Dios en las que se expresa su voluntad.
Si bien cada hombre lleva inscrita en su corazón una ley (= la conciencia), que como una voz resuena en su interior invitándole a hacer el bien y a evitar el mal, sin embargo, Dios ha querido darnos su Ley para ayudar a esta voz interior a distinguir lo que está bien de lo que está mal, ya que con frecuencia nuestra conciencia se ve oscurecida por los propios pecados.
El Decálogo es, por tanto, un camino de vida, que indica las condiciones de una vida liberada de la esclavitud del pecado y que resume y proclama la ley de Dios:
“ Si amas a tu Dios , si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos , sus preceptos y sus normas , vivirás y te multiplicarás” (Dt 30,16).
Los mandamientos de la ley forman parte de la alianza sellada por Dios con su pueblo. Según el libro del Éxodo, la revelación de las “diez palabras” es concedida después que el pueblo se comprometió a “hacer” y “obedecer” todo lo que el Señor había dicho (Ex 24,7). Por eso, el Decálogo será transmitido en recuerdo de la Alianza
En ella y por ella los mandamientos reciben su significado verdadero. De ahí que, la primera de las “diez palabras” se refiera a la libertad, recordando el amor primero de Dios hacia su pueblo:
“Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó del país de Egipto, de la casa de la servidumbre” (Ex 20,2).
Los mandamientos propiamente dichos vienen en segundo lugar . Expresan lo que implica la pertenencia a Dios instituida por la alianza. La existencia moral es respuesta a la iniciativa amorosa del Señor. Es reconocimiento, homenaje a Dios y culto de acción de gracias. Es cooperación con el designio que Dios se propone en la historia.
Jesucristo, con su palabra y con su ejemplo, confirmó los mandamientos y nos enseñó a cumplirlos. Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de sus mandamientos:
“El que recibe mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama... El que no me ama, no guarda mis palabras” (Jn 14,21-24).
La división y numeración de los mandamientos ha variado en el curso de la historia. El orden actual de los mandamientos sigue la división establecida por San Agustín, que ha llegado a ser tradicional en la Iglesia Católica.
Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren al amor de Dios y los otros siete al amor del prójimo.
Estos son los mandamientos del amor :
1º Amar a Dios sobre todas las cosas
2º No tomar el nombre de Dios en vano
3º Santificar las fiestas
4º Honrar padre y madre
5º No matar
6º No cometer actos impuros
7º No hurtar
8º No levantar falsos testimonios ni mentiras
9º No consentir pensamientos ni deseos impuros
10º No codiciar los bienes ajenos.
CONCLUSIONES :
1. Las alianzas que Dios establece con su pueblo son expresión de la absoluta, libre y gratuita e iniciativa de Dios de salvar al hombre; en ellas el Señor manifiesta y realiza su plan de salvación.
2. El decálogo fue concedido en el marco de la Alianza establecida por Dios con su pueblo, los mandamientos de Dios reciben su significado verdadero por en y esta Alianza.
3. Los diez mandamientos tienen una importancia y una significación primordial. Jesús con su palabra y ejemplo nos enseño a cumplirlos.
4. Los mandamientos expresan las implicaciones de la pertenencia a Dios instituidas por la Alianza . Enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo.